El bar

¿Quién está disparando a personas desarmadas que están simplemente en un bar? Cómo pueden desaparecer dos víctimas? ¿Quién se las llevó? ¿Qué está pasando? ¿Cómo librarse de esta aterradora realidad? Una buena dosis de suspenso en esta película española del director Álex de la Iglesia.

Sinopsis

Es una mañana normal en Madrid. La gente camina apurada por la calle, algunas personas están desayunando en un bar, hasta que de pronto, alguien dispara a un cliente apenas sale por la puerta, ante el estupor de todos los que presenciaron el hecho. La gente en la calle huye despavorida, quedando desierta en segundos. No sé sabe quién ejecutó al herido. No tienen idea de dónde disparan. Apenas se reponen un poco, las personas que están en el bar notan que la víctima está aún con vida. Algunos quieren prestarle ayuda, otros temen que vuelvan a  disparar. Finalmente, uno de ellos se anima a salir a la calle y atenderlo, pero se escucha un nuevo disparo. Hay una segunda víctima. El pánico se apodera de los testigos, que se ocultan detrás de las mesas, desesperados. Después de unos minutos de total confusión, se animan a mirar hacia afuera nuevamente, pero los cadáveres han desaparecido. No entienden qué sucede, no tienen señal en sus celulares, no pueden pedir ayuda, no se animan a salir de ese bar que se ha convertido, de repente, en su prisión pero también en su refugio. La desesperación y la paranoia los lleva a elaborar mil teorías, pero ninguna solución verdadera.

Opinión personal

Ante una situación límite, nadie sabe cómo reaccionaremos. Este es el caso de un grupo de personas que en un abrir y cerrar de ojos, se encuentran amenazados por un francotirador que ya se ha cobrado dos vidas. Cada uno reacciona a su manera, poniendo en evidencia lo peor y lo mejor de cada cual. Está película te mantiene espectante hasta el final. Te corta la respiración. Con un muy buen manejo del suspenso, con giros imprevistos. Lo único que opaca a esta película es el final, que es un poco flojo. De todas maneras es una buena película, merece la pena.